eran tres, vestidos de circo,
cada uno sobre zancos pequeños, jugando con
pelotas
en las
trompas
(de falopio).
Ayer en la mañana desperté
creyendo que besabas mi boca,
y reías conmigo.
El Papa renunció y el mundo se estremece,
hoy un meteorito cayó en Rusia
y mató
"gente".
Y en mi mente miles de humanos mueren,
y en mi mente degollo sus cabezas como
destapando ollas de cazuela.
Les saco los vellos púbicos con una pinza,
los siembro con cariño entre las zanjas
del ombligo
y de la boca.
Y soy feliz,
encandilando gente
con cuentas de vidrio, con
orgasmos infinitos.
Luego, de tu ombligo y de tu boca
cosecho
flores.
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